Norte: música desde el exilio vs. la violencia
Nos molesta la sin razón, estamos lejos de nuestros recuerdos, sin embargo ¿ellos pueden actuar mejor que nosotros? No creo. ¿Quién no se ha sentido ajeno, perdido y agotado en esta ciudad? Nuestro próximo programa, aspira no a erradicar la violencia, sino a evitar su impulso diabólico. La música no siempre gana, no es una de sus características, pero siempre pelea, sobrevive, aguanta la respiración y proporciona aire.
Asesinos:
“¿Qué es el narco? En principio, el puto caos. O eso. Un elemento anárquico, desequilibrante, destructor. Una Organización en contra de lo organizado. El desgobierno. Antes de fijar su propio orden, mina otro. Sus lecciones son las del nihilismo: el dominio de la violencia, la futilidad de la vida, la victoria de la muerte. Ésas y esta otra: la incoherencia. No hay justicia ni armonía en su imperio. Se muere porque sí, se mata por lo mismo. Las causas y las consecuencias no están trenzadas. Hay un balazo y después otro. Sólo eso: actos, acción sin argumento. Todo, incluso el poder, sobre todo el poder, es efímero: nada se consolida, nada permanece. Impera la irracionalidad, el vacío. (Rafael Lemus)”
Tenemos rabia, furia, ira, rencor y crearemos un mecanismo musical para expresarlo. No queremos ser moderados, no queremos responder con violencia, sino con música. Ellos matan, nosotros no. Ante la prudencia, que la música vocifere, esa música que nos permite recrear lugares que desde la ciudad parecen perdidos.
Mientras lo hacemos, pensamos en todas esas canciones que nos engancharon, queremos cambiar el mundo: oda al viejo estero, armonía de las dunas, danza de las palmeras, sudor en la frente, olas plateadas, un faro, el río Humaya, los manglares, la carretera etc. Nuestra defensa contra la violencia es el recuerdo de los elementos que permanecen, que se consolidan, objetos, olores, personas y canciones que no necesitan argumentos, ni lecciones.
Asesinos:
“¿Qué es el narco? En principio, el puto caos. O eso. Un elemento anárquico, desequilibrante, destructor. Una Organización en contra de lo organizado. El desgobierno. Antes de fijar su propio orden, mina otro. Sus lecciones son las del nihilismo: el dominio de la violencia, la futilidad de la vida, la victoria de la muerte. Ésas y esta otra: la incoherencia. No hay justicia ni armonía en su imperio. Se muere porque sí, se mata por lo mismo. Las causas y las consecuencias no están trenzadas. Hay un balazo y después otro. Sólo eso: actos, acción sin argumento. Todo, incluso el poder, sobre todo el poder, es efímero: nada se consolida, nada permanece. Impera la irracionalidad, el vacío. (Rafael Lemus)”
Tenemos rabia, furia, ira, rencor y crearemos un mecanismo musical para expresarlo. No queremos ser moderados, no queremos responder con violencia, sino con música. Ellos matan, nosotros no. Ante la prudencia, que la música vocifere, esa música que nos permite recrear lugares que desde la ciudad parecen perdidos.
Mientras lo hacemos, pensamos en todas esas canciones que nos engancharon, queremos cambiar el mundo: oda al viejo estero, armonía de las dunas, danza de las palmeras, sudor en la frente, olas plateadas, un faro, el río Humaya, los manglares, la carretera etc. Nuestra defensa contra la violencia es el recuerdo de los elementos que permanecen, que se consolidan, objetos, olores, personas y canciones que no necesitan argumentos, ni lecciones.
Esta noche, que la música, aquella que siempre nos refresco en tiempo de calor, nos recuerde que la violencia no gana, no es una de sus características, pero sofoca, ahoga, interrumpe y se extingue.
Un tributo al noroeste del país, no a través de su música sino de nuestros sofocantes y húmedos recuerdos musicales. Los mantendremos en vilo, con el aire detenido, cerveza en mano, justo antes de que comience el huracán ¿recuerdan?
Miércoles 22:00 hrs
http://www.ego99.tk
1 Comments:
Primera vez que visito este blog. Sobre el tema de la música: el corrido del narcotráfico es en realidad la construcción del post corrido, un corrido del globalismo inspirado y patrocinado por uno de sus peones, el narco. Se abandonan los límites del corrido tradicional, se usurpan fronteras, temas y valores; no hay caballos y cantinas de pueblo, amores perdidos y traiciones de compadres; ahora es la imposición de nuevas leyes, Navigators blindadas y espacio supranacional. Por su parte, los intérpretes del narco corrido son bandas cuasinorteñas, con trajes de barbitas fosforescentes y acordeones punks, ganan Gramies y vuelan en primera clase; los herederos del juglar se han convertido en bufones de la nueva corte, la del poder emergente, la del narcotráfico.
Saludos
humphreybloggart.blogspot.com
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